Los consejos de Dilia Rosa (II)
“Mijo, váyase temprano, es mejor estar
adelante que atrás…”
Por El Profe Domingo
Siguiendo con
mis POSTALES DE VACACIONES y con las frases-consejos de mi madre, recuerdo esas
palabras muy suyas: “Mijo, váyase temprano, es mejor estar adelante que atrás…”.
Escuché esto innumerables veces, cuando tenía alguna reunión (importante o no),
para ir a una cita médica y, sobre todo, a una entrevista de trabajo.
La frase-consejo
que hoy nos ocupa ayudó a que mi carácter se fuese moldeando en un aspecto muy
importante en las relaciones interpersonales: La Puntualidad, un valor un poco perdido
en nuestros tiempos. Escucho muchas veces la expresión “Pongamos la reunión a
las siete, para que la gente llegue a las ocho, por lo menos.” Estamos tan
convencidos de la impuntualidad de las personas que nos programamos para
aceptar que llegarán más tarde de lo acordado. Es una lastima que esto sea así
porque muchas veces estamos abusando de una de las cosas más valiosas que una
persona puede tener: el tiempo. Ser puntual en mi región implica que escuchemos
una frase muy típica: “¡Tú si eres rayúo!” o “arrayúo” como suele expresar una cándida
amiga mía.
Convertirme
en una persona puntual, gracias al consejo de Dilia Rosa, ha traído como
consecuencia que muchas veces me toca esperar, en soledad, la llegada de las
personas con quienes tengo cita o el inicio de algún tipo de evento o reunión.
Sin importar
lo que nuestra cultura haya impuesto con respecto a este tema, sigo saliendo
temprano a mis compromisos, porque algunas consecuencias positivas de esto son:
ganarse el respeto de las demás personas, convertirse en alguien confiable, aprovechar
las oportunidades, nuestro tiempo, y respetar el de los demás. Además de todo
lo anterior, estoy de acuerdo con mi madre: “es mejor adelante que atrás…”